Los caballeros llevaban enormes
sombreros o chapeos, que les protegen de las inclemencias del
tiempo y de los azares de la vida en la ciudad. Solían llevar una
especie de chaleco llamado coleto, fabricado en piel de ante o
búfalo y reforzado con ballenas. Este chaleco, cubría el tronco y
a veces, incluso las caderas, sirve para proteger a su portador de
las heridas de arma blanca.
Los nobles llevaban un jubón que ceñía el
cuerpo y una especie de faldilla que llegaba a las ingles.
En el siglo XVI se usaron los greguescos, que
eran pantalones cortos y holgados como sacos y en el siglo XVII se
usaron los pantalones bombachos, largos y estrechos que llegaban
asta debajo de la rodilla. El color negro fue el color dominante de
la moda masculina en los nobles. Completan la vestimenta con una
capa larga o una corta llamada herreruelo. La espada, que nunca
falta en el vestuario masculino, se lleva suspendida del tahalí,
una pieza de cuero o de tela que cuelga del ceñidor
Los caballero llevaban zapatos negros de
corcovan y en el campo botas de ante con zapatillas.
Las mujeres llevan vestidos muy ajustados con
el talle comprimido por un corsé. De cintura para abajo una falda
desplegada con forma de campana sobre una especie de jaula de
alambre llamada guardainfante. Este servia para proteger a las
mujeres embarazadas y para disimular el embarazo. Solían llevar
unos lujosos escotes.
Para los hombres el pie de una mujer era algo
muy sensual ya que tiene muchos significados y la dama lo oculta
pudorosamente por coquetería. Sus zapatos son bordados con altos
zuecos de corcho o chapines.
Los peinados típicos de las damas era tener
media melena rizada y adornada con cintas, postizos y plumas. Los
hombres se recortan la barba y queda con bigote y perilla.
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